miércoles, 26 de octubre de 2011

LIDERAZGO EMOCIONAL para los equipos de las unidades de gestión clínica por Joan Carles March


Es evidente que un líder que genera un buen clima emocional, es decir, que ayuda a que las personas que trabajan en una determinada organización, se sientan motivadas, entendidas y escuchadas, además de que sienten que el proyecto es suyo, es un/a buen/a jefe/a. Y es que el liderazgo emocional genera "buen clima emocional" entre la gente que trabaja en su equipo. Y está claro que las unidades de gestión clínica necesitan un liderazgo emocional.


Un/a líder debería ser el/la mejor de los servidores, debería ser capaz de apoyar iniciativas, ser transmisor de protagonismo, dar reconocimiento, ser educador y formador de líderes, asumiendo riesgos y no eludiendo la responsabilidad. El buen liderazgo hace posible que las personas realicen su trabajo con orgullo. Los líderes no hacen las cosas a su gente; hace las cosas con su gente, escuchan, se ganan el respeto de los demás y tienen un profundo conocimiento del grupo y sus personas que les permite dirigirlas.

Un líder adecuado de una Unidad de Gestión Clínica debe tener la visión de hacia dónde va la organización, ser capaz de comunicar a su equipo las metas de la organización, para que los esfuerzos se dirijan hacia la dirección correcta. El respeto mutuo entre los miembros del equipo y los líderes, es otra característica fundamental ya que el líder y los miembros del equipo deben intercambiar información y retroalimentación.

El líder emocional debe favorecer aprender durante el proceso, retroalimentar sobre el resultado del trabajo realizado por el equipo, reconocer los esfuerzos realizados, alabar cuando se está trabajando bien y redirigir cuando no es así. El equipo debe ser reconocido por sus esfuerzos y resultados, al ser el reconocimiento una clave para la motivación. Además, el líder discrimina con los que no cumplen, debe tener pensamiento positivo y con ello permitir que las ideas no sean criticadas, sino bienvenidas, asumiendo riesgos y analizando los errores como oportunidades de crecimiento y aprendizaje y no para la censura y la represión.

Entre todas estas características, resulta indispensable la participación activa de los profesionales en las unidades de gestión clínica, porque este grado de participación hace que la gente se sienta escuchada y ello conlleva una valoración mejor de la organización. La implantación y el arraigo del modelo participativo dependerán en gran medida del tipo de relación que la organización mantenga con sus profesionales y en ello, la comunicación es un elemento clave. La participación de los profesionales en las unidades de gestión clínica conllevará satisfacción. Ello facilitaría que los profesionales se involucren y comprometan en el trabajo y en el conjunto de la organización. Es una cuestión de responsabilidad social.

Optimismo inteligente”, confianza en sí mismo, espíritu emprendedor, audacia y coraje, tranquilidad ante la incertidumbre, disposición al trabajo en equipo, aptitud para compartimentar la duda y el miedo y capacidad de levantarse permitirán a los líderes de estas unidades clínicas conseguir equipos con emoción.
Por tanto, necesitamos, desde nuestro punto de vista, una reconversión de jefes a líderes y de ejecutores a facilitadores. Por eso los equipos de las unidades de gestión clínica necesitan líderes que tengan visión de juego y con ello se ayude al equipo a disfrutar y a unirse hacia un objetivo común.

Los líderes de equipos saben que los grupos se convierten en equipos cuando el propósito común es comprendido por todos los miembros. Una buena comunicación resulta fundamental para que un grupo se convierta en equipo, al promover relaciones exitosas entre las personas, comprenderse el proyecto común por todos y generar responsabilidad y poder en los miembros. Promover la cooperación y participación e influye directamente en la calidad de vida de equipos y organizaciones y seguro que también en el éxito del modelo de gestión clínica del Servicio Andaluz de Salud y con ello en la salud de las personas que atienden.









Joan Carles March Cerdà es  profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Experto de reconocido prestigio en las áreas de gestión de profesionales y trabajo en equipo ha editado recientemente el libro "Equipos con Emoción" publicado por la Escuela Andaluza de salud Pública.